MOTIVACIÓN PARA CELEBRAR
Hermanos y hermanas: en este domingo 6º del tiempo
ordinario, antes de empezar la cuaresma, la Palabra de Dios nos mostrará como
los domingos pasados a Cristo, compasivo, curando las enfermedades y dolores de
la gente. En el leproso del Evangelio estamos representados todos, necesitados
curación, de perdón y de salvación. Con gozo participemos hoy en la celebración
y no olvidemos darle gracias, porque nos limpia, nos perdona y nos salva.
Hoy la Iglesia celebra la jornada de Manos Unidas, la
Campaña contra el Hambre, con el lema: “CONTAGIA SOLIDARIDAD”. El derecho a la
salud es un derecho universal que Manos Unidas nos recuerda. Compartir lo que
importa es poner en común nuestra vida y nuestro compromiso por un mundo mejor
en el que los derechos humanos sean respetados y cada persona pueda disponer de
los medios necesarios para vivir con dignidad.
Acojamos la oración del enfermo que hoy busca a Jesús: Señor,
si quieres puedes limpiarme. Límpianos Señor de cuanto nos aleja de ti, sánanos
para ser presencia tuya.
ACTO
PENITENCIAL
De nuestras faltas de acogida, de cariño, de colaboración y
de entrega, pedimos perdón a Dios Padre:
-Tú que eres bueno y compasivo, puedes limpiarnos: Señor,
ten piedad.
-Tú que nos muestras tu amor sanando los corazones
destrozados, sólo Tú puedes limpiarnos: Cristo, ten piedad.
-Tú que sostienes a los pobres y te identificas con ellos,
porque Tú quieres limpiarnos: Señor, ten piedad.
EVANGELIO
Narrador: En
aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
Leproso: -«Si
quieres, puedes limpiarme».
Narrador: Compadecido,
extendió la mano y lo tocó diciendo:
Jesús: -«Quiero:
queda limpio».
Narrador: La
lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole
severamente:
Jesús: -«No se lo
digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por
tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio».
Narrador: Pero
cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que
Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en
lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.
COMENTARIO
El preso es el enfermo especialmente herido. Su cuerpo es
una herida que suscita rechazo, miedo, distancia, y una condena: no eres digno.
Jesús le sale al paso, le busca por el entre los lugares en donde los leprosos
se esconden. Jesús acoge el deseo de este hombre que suplica: si quieres puedes
limpiarme. En esta oración hay confianza, el Señor puede hacer las cosas, sólo
él puede hacer que otros no pueden hacer: limpiar en plenitud.
Hay que saber dirigirse a Él en lo que puede hacer. Al rico,
el leproso le pediría una limosna. Al empresario, el leproso le pediría un
teletrabajo. Al sacerdote el leproso pediría migajas de santidad, en forma de
bendición, de amuleto. Sólo a Jesús puede pedir limpieza, de su enfermedad en
la piel, de su aislamiento social, de su alejamiento familiar, de su
imposibilidad de compartir la fe pues se siente víctima del pecado.
Jesús puede limpiarnos. Se trata de pedir con fe. ¿De qué
puede limpiarte Cristo? ¿No estarás buscando ese brillo y color en quien no
puede darlo?
PETICIONES
Al igual que el leproso, sabemos Señor que tú lo puedes
todo. Con su misma humildad, elevamos a ti nuestra plegaria diciendo: R.-
Limpia nuestros corazones.
1. Por la Iglesia, sacramento de salvación, para que sea
lugar de acogida y de consuelo para los excluidos de nuestra sociedad en tantas
periferias. Oremos.
2. Por los que sufren en el cuerpo y en su espíritu, para
que encuentren en nosotros apoyo, escucha, cariño y solidaridad. Oremos.
3.- Por todos los que en la Iglesia se sienten marginados
para que seamos mano tendida y cercana para todos. Oremos.
4.- Por los ancianos a los que a veces retiramos de nuestras
preocupaciones y por los niños a los que no prestamos la debida protección y
cuidado. Oremos.
5.- Para que en nuestro trato con los demás nunca
discriminemos a nadie y tendamos la mano a todos. Oremos.
6.- Por Manos Unidas, por sus voluntarios y colaboradores
para que entre todos escuchemos el clamor de los pobres y promoviendo el
desarrollo de los pueblos. Oremos.
Danos valentía, Señor, para comprometernos de verdad
en lo que te hemos pedido.
ORACIÓN DE
ACCIÓN DE GRACIAS
Límpianos,
danos el agua viva
Hoy Jesús, venimos a ti, admirados de tu valentía al tocar a
aquel leproso limpiándolo de la lepra, llenando su vida de alegría y haciendo
posible que volviera con su familia y participando en su comunidad.
Y me acuerdo de mí, que tantas veces veo con malos ojos a
los son diferentes y los excluyo de mi vida porque piensan distinto o me caen
mal.
Por eso hoy como el fariseo te digo: “si quieres puedes
limpiarme”, limpia mi pecado, mis prejuicios, mis intolerancias y esclavitudes.
Jesús eres el agua viva que lava mis manchas y me hace
revestir con el amor de Dios hecho cercanía, hecho gestos de amor con los que
me rodean.
En esta Jornada de la Campaña contra el hambre, de Manos
Unidas, quiero pedirte por los excluidos en el tercer mundo, que les faltan
pan, medicinas, agua, educación, posibilidades… Danos un corazón solidario
capaz de compartir con ellos el derecho a la salud, como un bien que deseas
para todas las personas.
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