jueves, 3 de diciembre de 2015

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO, 6 de diciembre

1. UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN SOBRE EL MENSAJE DE ESTE DOMINGO:

El desierto es un lugar que hace cambiar en  lo físico Y en lo espiritual. Tras una experiencia  de desierto muchos se han sentido  trastocados. Juan Bautista vivió en el desierto,  forjó y templó su espíritu en el desierto. Juan  Bautista cambió en lo físico y en lo espiritual.  Seguro que su figura sería de ceño duro, de  piel curtida, de cabellos enredados por el  viento del desierto; su figura sería  terriblemente amenazante. Y es que Juan  Bautista es profeta por la palabra recibida en  el desierto, lugar de escucha. Sobre él vino la  Palabra de Dios. Nos lo ha situado el  Evangelio dentro de un marco histórico. 
Juan Bautista nos habla del Adviento:  "enderezad lo torcido, allanad lo escabroso";  este gran mensaje del adviento primero y de  nuestro adviento de hoy, tiene un sentido  actual, vivo, palpitante en nosotros.  Evidentemente Dios no viene a nosotros por  lo fácil, sino por lo difícil; y nosotros los  cristianos debemos hacer fácil lo difícil; y  porque resuena en nosotros la palabra  incesante de Dios, tenemos que lanzarnos y  comprometernos, tenemos que asimilar todo lo  que es trascendente, que no es fruto de  ilusiones o filosofías humanas, sino del fiarnos  de Dios. 

Si escuchamos la Palabra de Dios sentados,  en actitud de acogida, es para ponernos en  pie. Nos lo ha dicho el profeta Baruc: "Ponte  en pie, Jerusalén". "Ponéos en pie, cristianos:  Basta ya de sentadas. Basta ya de  pasividades, de pacifismos cómodos, estemos  en pie. Seamos signos, en nuestra nación, en  todo el mundo, en nuestra ciudad, de  testimonio fiel y justo de una verdad, de una  esperanza. Ser cristiano es recibir la Palabra y  trasmitir la Palabra. No es silencio, no es  callar, no es conformarnos con todo. 
Hubo un mensaje en el desierto de Juan el  Bautista. Hay un mensaje, hoy, para nuestro  mundo, para los que esperan y para los que  aún no han abierto su corazón a la esperanza:  "Dios viene, Dios nos salva. Dios está  presente en nuestra historia". Sepamos salir  de bloqueos, de cerrazones, de fracasos, de  pesimismos, de tinieblas. Comprometámonos a  ser signos de la verdad de Dios, de la justicia  de un nuevo nacimiento, un nuevo mundo, una  nueva sociedad; sólo así haremos posible la  salvación de Dios. 

2. UN VIDEO MOTIVADOR

Padrenuestro cantado por niños refugiados iraquíes católicos, pidiendo la paz, don que nos trae el Mesías.


3. CANCIÓN PARA PREPARAR LOS CAMINOS DEL SEÑOR.





4. ORACIÓN PARA ESTA SEMANA


TU TIENES PROMESAS VERDADERAS

Javier Leoz

 

¡Ven, Señor, y no tardes demasiado!

Estamos cansados de tantas promesas falsas

A cada momento nos asaltan   dudas,

incertidumbres, fracasos, bofetadas,

traiciones, desencuentros, engaños.

¡Ven, Señor, no te demores!

Pensamos haber atinado el futuro,

y estamos inmersos en constantes fracasos.

Creemos ser portadores de humanidad,

y aniquilamos, una y otra vez,

inocentes y víctimas de nuestro vivir opulento.

¡Ven, Señor, no retrases tu llegada!

Porque, entre otras cosas, sentimos que la tiniebla

se impone con más rapidez que la misma luz,

que los engaños se disparan a más velocidad

que la verdad que pide y exige el hombre

¡Ven, Señor, y endereza nuestros caminos!

Haznos buscar un desierto en el que hablarte

Un desierto en el que encontrarte

Un desierto en el que buscarte

Un desierto en el cual poder escucharte

¡Ven, Señor, y allana nuestros senderos!

Rebaja nuestro orgullo, para conquistarte con humildad

Alisa nuestra dispersión, para quererte sólo a Ti

Pule nuestro vivir, para que tengas más cabida en él

¡Ven, Señor, y no aplaces tu vuelta!

Entre otras cosas, porque cada día que pasa,

sentimos que el mundo está más herido de muerte

si Tú le faltas por dentro

si Tú no le envías tu esperanza y tu aliento
¡Ven, Señor, y acelera tu llegada!


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