jueves, 5 de noviembre de 2015

DOMINGO 8 DE NOVIEMBRE, MATERIALES PARA PENSAR Y COMPARTIR

EL EJEMPLO DE LA VIUDA: DARSE EN LO QUE SE ENTREGA.

En unos minutos te proponemos: echa un vistazo a este vídeo, recuerda el valor de saber compartir lo pequeño...

1. PIENSA EN ESTE MENSAJE:


















2. RECUERDA EL MENSAJE DE LA PALABRA DE DIOS:


-Dos viudas pobres dan color a las lecturas. La una se fía de la palabra de Elías y le hace un panecillo con el puñado de harina y el poco de aceite que le quedaba y recibe una recompensa multiplicada. La otra echa "dos reales" y recibe el elogio del Señor: "ha echado más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado lo que tenía para vivir".
-Estas dos mujeres son modelo de creyentes. Son personas abiertas a Dios: confían en él. Poca cosa tienen, pero no se aferran celosamente a lo poco que tienen. No dan los restos, sino lo que necesitan para vivir. Dios no quiere que le demos lo que nos sobra

-Estas mujeres son dos "pobres" en el sentido bíblico de los "anawim" (pobres de Yahvé), los que Jesús proclamaba dichosos. No tienen demasiado de que presumir y sentirse orgullosos y ponen en Dios su esperanza. Cualquiera lo reconoce enseguida: ésta es la religión verdadera, "pura e intachable a los ojos de Dios Padre" (St 1,27; d. 22).

Procuraré sin buscar engaños
-Alguien, tal vez, diga que son dos mujeres "alienadas".  ¡Cuidado! "El Señor hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos, libera a los cautivos, guarda a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda" (salmo responsorial). Y Jesús, que alaba el gesto de aquella mujer, critica a los que "devoran los bienes de las viudas" y recuerda que Elías "fue enviado" a socorrer a aquella viuda cuando "hubo una gran hambre en todo el país" (Lc 4,25-26). Naturalmente la generosidad de la viuda del evangelio no autoriza cualquier uso que hagan de sus "dos reales" -y de tantos otros- los responsables del Templo.

3- PUEDES ORAR CON ESTE TEXTO QUE HEMOS UTILIZADO:


COMO LA VIUDA, SEÑOR
Daré sin esperar nada a cambio
Ofreceré sin arrogancia
Dejaré sin pretensión de recompensa
COMO LA VIUDA, SEÑOR
Brindaré, incluso con la copa que necesite
Entregaré con sencillez
Huiré de la cantidad y cuidaré la calidad
COMO LA VIUDA, SEÑOR
Ofreceré con humildad y recogimiento
Dejaré de lo mío para otros
COMO LA VIUDA, SEÑOR
Prestaré lo que otros no dan: lo imprescindible
Ofreceré lo que otros te niegan: su ser
Dejaré lo que otros se guardan: su corazón
COMO LA VIUDA, SEÑOR
Te ofreceré mi vida para que, sólo Tú, la juzgues
Te ofreceré mis bienes, porque sé que son tuyos
Te ofreceré mi sustento, porque sé que Tú lo haces posible
Ponga mi vida en tus manos
COMO LA VIUDA, SEÑOR
Caminaré sin arrogancia ni seguridad en mí mismo
Caminaré sin miedo a encontrarte
Caminaré dispuesto a facilitarte lo que más necesites
COMO A LA VIUDA, SEÑOR
Mírame y condúceme
Hazme desprendido y sencillo
Dame la valentía de darte lo que más me cueste
Inspírame el gesto y la palabra oportuna
Y, si quieres, Señor, arranca de mí incluso aquello
que, por comodidad o egoísmo, busco y amarro para poder vivir.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario