domingo, 14 de febrero de 2021

TERCER DOMINGO PREVIO A SAN JOSÉ: TERCER RETO

RETO: QUE LA HERIDA SEA FUENTE DE SALUD

El tercer dolor de José se vincula a la circuncisión de Jesús y a la imposición de su nombre, el gozo.

Tercer Dolor

Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno (L 2,21).

 «¡Que no le hagan daño! -piensa José-, que para mí es más que un hijo». Pero hay que cumplir con la Ley, porque así lo dispuso Dios para que Jesús formase parte del Pueblo escogido. Y el Niño llora. El Hijo de Dios sufre en el cumplimiento de una norma judía para ser miembro del Pueblo.  Desde Niño ha venido a dar su vida, su sangre por crear un Nuevo Pueblo. Su sangre derrama anunciar la vida que dará.


Tercer Gozo

Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt 1, 21).

 El nombre indica su misión en esta tierra: Jesús, el Salvador. Pero este Niño no va a quitar los males que aquejan a la humanidad, porque mientras haya pecados, el sufrimiento podrá servir de purificación y de corredención.

Le han puesto por nombre Jesús, que significa «Dios salva». Toda su vida será camino salvador, y especialmente en la Cruz y la Resurrección se abrirán las compuertas de las aguas de la salvación. ¡Qué alegría saber que, unidos a Cristo en los Sacramentos y en la Cruz de cada día, toda nuestra vida tiene sentido redentor!


DEL MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO:

Padre en la sombra

Nadie nace padre, sino que se hace. Todas las veces que alguien asume la responsabilidad de la vida de otro, en cierto sentido ejercita la paternidad respecto a él. Ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir. La lógica del amor es siempre una lógica de libertad, y José fue capaz de amar de una manera libre. Nunca se puso en el centro. Supo cómo descentrarse, para poner a María y a Jesús en el centro. José siempre supo que el Niño no era suyo, que simplemente había sido confiado a su cuidado. Después de todo, eso es lo que Jesús sugiere : «No llamen “padre” a ninguno de ustedes en la tierra, pues uno solo es su Padre, el del cielo» (Mt 23,9).

  

No hay comentarios:

Publicar un comentario