domingo, 11 de junio de 2017

SANTA TRINIDAD

Hoy es la fiesta de lo que Dios es y lo que Dios hace, ser y obrar tienen en Él un mismo sentido: AMAR Y AMOR.



Comprendamos con este vídeo, lo que significa esta fiesta


Los teólogos han escrito estudios profundos sobre la vida insondable de las personas divinas en el seno de la Trinidad. Jesús, por el contrario, no se ocupa de ofrecer este tipo de doctrina sobre Dios. Para él, Dios es una experiencia: se siente Hijo querido de un Padre bueno que se está introduciendo en el mundo para humanizar la vida con su Espíritu.


Para Jesús, Dios no es un Padre sin más. Él descubre en ese Padre unos rasgos que no siempre recuerdan los teólogos. En su corazón ocupan un lugar privilegiado los más pequeños e indefensos, los olvidados por la sociedad y las religiones: los que nada bueno pueden esperar ya de la vida.

Este Padre no es propiedad de los buenos. «Hace salir su sol sobre buenos y malos». A todos bendice, a todos ama. Para todos busca una vida más digna y dichosa. Por eso se ocupa de manera especial por quienes viven «perdidos». A nadie olvida, a nadie abandona. Nadie camina por la vida sin su protección.

Tampoco Jesús es el Hijo de Dios sin más. Es Hijo querido de ese Padre, pero, al mismo tiempo, nuestro amigo y hermano. Es el gran regalo de Dios a la humanidad. Siguiendo sus pasos, nos atrevemos a vivir con confianza plena en Dios. Imitando su vida, aprendemos a ser compasivos como el Padre del cielo. Unidos a él, trabajamos por construir ese mundo más justo y humano que quiere Dios.

Por último, desde Jesús experimentamos que el Espíritu Santo no es algo irreal e ilusorio. Es sencillamente el amor de Dios que está en nosotros y entre nosotros alentando siempre nuestra vida, atrayéndonos siempre hacia el bien. Ese Espíritu nos está invitando a vivir como Jesús que, «ungido» por su fuerza, pasó toda su vida haciendo el bien y luchando contra el mal.

Es bueno culminar nuestras plegarias diciendo «Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo» para adorar con fe el misterio de Dios. Y es bueno santiguamos en el nombre de la Trinidad para comprometemos a vivir en el nombre del Padre, siguiendo fielmente a Jesús, su Hijo, y dejándonos guiar por su Espíritu.

ORACIÓN A LA TRINIDAD


AMOR QUE TE DESCUBRE





Amor que, siendo Padre, se despliega en el Hijo


y que, acariciando con las manos del Hijo,


se hace eco, susurro y soplo en el aliento del Espíritu.


¿Cómo lo haces, oh Dios? 


¿Cómo consigues ser tres y uno a la vez?


¡Dinos dónde encontrar el secreto de tal misterio!


¡Dinos cómo comprender lo que, al entendimiento,


resulta tan lejano, inaccesible e imposible?


Amor, sí; amor que funde al Padre con el Hijo en el Espíritu


Amor, sí; amor que construye una única casa


donde habitan, comparten y disfrutan, por amor,


el Dios Único con el Padre, el Hijo y el Espíritu


Amor, sí; amor que, cuanto más ama,


con más amor nos aguarda


¿Cómo lo haces, oh Dios?


¿Cómo llegas a tal comunión íntima y perfecta!


¿Cómo, sin perder naturaleza alguna


te presentas de formas tan distintas


y, a la vez, tan armónicamente unidas?


Amor; sí; amor que busca el bien y la felicidad divina


Amor; sí; amor que disfruta entregándose


Amor; sí; amor que es secreto de la grandeza trinitaria


Amor; sí; amor que asombra y nos acerca a este Misterio


Amor; sí; amor que irradia el núcleo del corazón trinitario


Amor; sí; amor que exige ser también UNO con Dios


como, el Hijo y el Espíritu son también con el Padre.


Amén



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